Gibraltar ha de pedir perdón a Düsseldorf

Gibraltar ha de pedir perdón a Düsseldorf

Desde luego, la relación entre Fabian Picardo y el cromagnon andalusí no es menor que la que une a Felipe VI con Hernán Cortés.

Peñón de Gibraltar.Frank Herrmann

Por una mejor convivencia entre los pueblos, para restañar antiguas heridas, con el fin de acabar con el imperio del odio y la violencia, Fabian Picardo, principal autoridad de Gibraltar, ha de pedir disculpas históricas a Stephan Keller, alcalde de Düsseldorf, por el exterminio del homo neanderthalensis a manos de la vesania de homo sapiens gibraltareños, hace alrededor de 40.000 años. Allí, en las cuevas del peñón se consumó el genocidio sistemático que, por el mero hecho de ser neandertales, el hombre moderno emprendió contra otros seres humanos, cuyas primeras dataciones sitúan su origen cerca de la ciudad alemana. Gibraltar debe cesar en su arrogancia y pedir perdón a Düsseldorf. Es más, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte debería disculparse ante la República Federal de Alemania.

Y no sólo eso, España, que ha sido invadida desde el norte, el sur, el este e incluso —si pensamos en la base aérea de Torrejón de Ardoz y la base naval de Rota— el oeste, acumula igualmente un expediente de agravios que daría lugar a una larga cola de embajadores dispuestos a humillarse ante nuestras autoridades para suplicar perdones históricos. Georgia Meloni, por parte del Imperio Romano, dada la línea continuista que va de César Augusto hasta la líder de Fratelli d’Italia. El canciller Olaf Scholz, en nombre de sus tatarabuelos Ataúlfo, Sigerico y Teodorico I. Mohamed VI, dado que… que… perdonen, es que me ha entrado una risa incontenible al imaginarme a Mohamed VI disculpándose por algo ante España. Y Biden, por lo de las bases. Con lo bien que vivíamos siendo íberos en Numancia.

Desde luego, la relación entre Fabian Picardo y el cromagnon andalusí no es menor que la que une a Felipe VI con Hernán Cortés. La historia de que los hombres de Neandertal fueron exterminados por los hombres sapiens no tiene menos rigor que el cuento de que quinientos soldados sanguinarios, con cuarenta caballos y veintiséis arcabuces, conquistaron la armoniosa Tenochtitlán. No es mayor la relación que media entre Claudia Sheinbaum y Moctezuma que la que existe entre el alcalde Keller y el neandertal de metro treinta que puso fin a su especie. (Nota: la nula relación entre Sheinbaum y Moctezuma es aplicable al cien por cien de los gobernantes mexicanos, desde López Obrador al emperador Agustín I, pasando por el claramente azteca Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena).

Perdonen el sarcasmo, pero no hay otra forma de enfrentar tal disparate. Aún me encuentro con amigos que creen que, gracias a la independencia de los países hispanoamericanos, los pueblos originarios expulsaron a un imperio invasor y recuperaron el poder que se les había arrebatado trescientos años antes. Madre del amor hermoso. Fueron procesos secesionistas, en donde los gobiernos españoles de los virreinatos de la España americana se independizaron de la España europea, obviamente por intereses económicos. Y ahora el mayor de nuestros primos nos pide que nos disculpemos ante él por lo que hizo el abuelito común que compartimos, —entre otras cosas, permitir que él esté en el poder—. Ah, y ese abuelito no es el homo sapiens que acabó con el hombre de Neandertal.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Licenciado en Filosofía y doctor en Psicología. Es profesor titular de Psicología Clínica de la Universidad de Oviedo desde antes de que nacieran sus alumnos actuales, lo que le causa mucho desasosiego. Durante las últimas décadas ha publicado varias docenas de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales sobre psicología, siendo sus temas más trabajados la conformación del yo en la ciudad actual y la dinámica de las emociones desde una perspectiva contextualista. Bajo la firma de Antonio Rico, ha publicado varios miles de columnas de crítica sobre televisión, cine, música y cosas así en los periódicos del grupo Prensa Ibérica, en publicaciones de 'El Terrat' y en la revista 'Mongolia'.