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10. Lágrimas estancadas (Novela)

10. Lágrimas estancadas (Novela)

Cuando Regina y yo salimos de allí tampoco había nadie, pero la vergüenza me encendió el rostro como si hubiera quedado desnudo en medio de la asamblea de mis vecinos. Me noté una llaga indefinida, pequeños golpes de sangre, una agitación en el corazón y en otros músculos, una especie de insurrección y desmembramiento de mi cuerpo abatido en lucha contra sí mismo.
9. Breve historia de un sollozo (Novela)

9. Breve historia de un sollozo (Novela)

En el plazo de una semana, volvía de nuevo a un hospital, volvía a exponerme a la atmósfera cargada de pesadumbre de sus corredores, a la radiante campechanía de los que allí trabajan y cuya salud ofende a los pacientes, aunque ninguno de ellos lo dirá nunca. Un hospital es una derrota de la humanidad.
7. Cambiar de vida es cambiar de muerte (Novela)

7. Cambiar de vida es cambiar de muerte (Novela)

Regina dormía, su bulto cubierto hasta la nuca; destapado, solo un trapecio del cabello. El sudor me empapó la ropa. También los marcos de las ventanas chorreaban, y en el techo comenzaban a formarse gotas semiesféricas, transparentes como el día. Regina dormía sin echar las cortinas ni bajar las persianas, de manera que la claridad vienesa era dueña diaria de nuestras mañanas.
6 bis. Acariciar, llorar, tal vez matar (Novela)

6 bis. Acariciar, llorar, tal vez matar (Novela)

El mismo día en que mi padre moría en Madrid, mi mujer, Regina, me engañaba con un gitano bosnio en Viena. De regreso a la ciudad imperial, decidí separarme de ella. Pasamos la noche llorando, y antes de que amaneciera, salí de nuestra casa. En el American Bar, encontré a Petra Marjak.
6. 'No se afligen las palomas' (Novela)

6. 'No se afligen las palomas' (Novela)

Recuerdo haber leído, en mi investigación sobre las lágrimas, que las palomas son animales que, por carecer de bilis, no pueden sentir aflicción o disgusto. Una vez contemplé esta escena: Dos palomas jugueteaban en un tejado, iban y venían volando, haciéndose arrumacos, caricias y besos.
Las lágrimas de la separación (Novela)

Las lágrimas de la separación (Novela)

Quiero que nos separemos -dije como si abriera la escotilla de un avión a diez mil metros de altura. Los objetos se pegaron entonces a las paredes, que se estrecharon en torno a nosotros como si fueran de plástico. En un momento la habitación se quedó sin aire.