¿Saben lo que es una obra sin pretensiones? ¿Una obra que pretende ser lo que es? ¿Una obra honesta en las emociones que transmite? ¿Cariñosa con lo que hace, con quién lo hace y para quién lo hace? Esa obra se llama Historias de Usera. La obra con la que la sala Kubik Fabrik se despidió de Madrid en olor de multitud y ahora pone el cartel de no hay billetes en las Naves del Español en el Matadero