La amenaza de Teherán de emplear "armas no usadas" hasta ahora contra Israel y los ataques cruzados entre las dos capitales avivan el debate sobre las armas de destrucción masiva. Los ayatolás insisten en que no tienen interés en ellas.
No es la primera planta que lo produce, pero que esta planta se sume es un desafío, con la renovación del acuerdo con Occidente estancada y protestas nunca vistas en sus calles.