Una alta tasa de universitarios no garantiza, por sí sola, prosperidad económica para un país. Esto no significa, sin embargo, que el acceso a una educación superior pueda suponer una pérdida de tiempo. La tasa de ocupación entre titulados superiores es mayor que con enseñanza secundaria obligatoria.
España sí aparece clasificada entre las 16 primeras universidades de un sub-ranking del QS, el de las mejores ciudades universitarias, destacando Barcelona y Madrid, gracias a su amplio abanico formativo, el cual se combina con la calidad de vida de estas metrópolis.
El presidente del CSIC parece haber hallado en penalizar a sus investigadores más productivos el remedio ante el cataclismo que anuncia como inminente para el buque insignia de la ciencia española. Pero también hay buenas noticias: a pesar de que nuestras universidades se encuentran lejos de los puestos de liderazgo internacional, los buenos ejemplos de las universidades Pompeu i Fabra y de las Islas Baleares indican que en cuanto a intensidad investigadora, en nuestras universidades amanece, que no es poco.