El hallazgo comunicado por la compañía LKAB supone una oportunidad histórica para Europa para reducir su dependencia de recursos naturales esenciales para la fabricación de instrumentos tecnológicos y dispositivos electrónicos.
Normalmente nos fijamos en las implicaciones geopolíticas del consumo de materias primas como los hidrocarburos, pero el desarrollo tecnológico del siglo XXI ha supuesto que estos elementos pasen a ser más valiosos que el oro.