Si no vuelve a cambiar el sistema de votación, como ocurrió en el pasado, difícilmente habrá otra serie que pueda hacer frente a Juego de Tronos en su categoría durante los próximos años. El hecho de que, además del premio al mejor drama, haya ganado también el de mejor dirección y el de mejor guión por el episodio Battle of the Bastards (el primero merecido, el segundo cuestionable) es un indicativo de que la serie tiene a los votantes de los Emmy en el bolsillo.