Se enroscó un cordón alrededor del cuello estando en la ducha y llamó a voces a su compañera de celda, alertándola de lo que estaba haciendo, por lo que pudo ser asistida.
Si cuando no hay pruebas concluyentes debe ser dificilísimo emitir un veredicto por un Tribunal de magistrados profesionales, imaginemos las películas que deben pasar por las cabezas de un jurado aficionado como el que hay en el caso del asesinato de la niña Asunta Basterra.