"Con un golpe de suerte, podrás ser rico y tenerlo todo"
Recuerdo una actividad con niños de cuatro o cinco años, en un contexto de juego en el que ellos se transformaban en distintos personajes: animales, objetos, personas en distintas situaciones y, entre otros, pobres y ricos. Cuando eran pobres gimoteaban, daban pena; sin embargo, cuando representaban a los ricos, daban saltos de alegría.