Estos episodios de violencia entre hinchas constituyen uno de los más graves peligros que acechan al deporte, y en particular al fútbol, porque ponen en riesgo el mantenimiento de éste, no solo como un deporte sano, sino también como fuente de ocio, de progreso económico y de cohesión social.
Da vergüenza, asco y rabia -según titulaba acertadamente El Huffington Post- que sin cobertura policial se puedan suscitar episodios tan lamentables como el que ha costado la vida en Madrid a un seguidor del Deportivo. Esto es, que las respectivas manadas de borregos asilvestrados se citen a primera hora de la mañana cabe el Manzanares para poder darse de palos.