Hay una diferencia notable entre nuestros millonarios y muchos otros que figuran en la lista de las 100 primeras fortunas españolas. En España no destaca ninguno por su actividad filantrópica. Cuando lo hacen se dedican a apoyar centros o cátedras de investigación en medicina para promover avances que permitan alargar sus propias vidas y con ello el dinero que pueden ser capaces de gastar, o se instalan en las obras de caridad no para el beneficio social, sino para salvar sus almas.