En México, la gente calla, murmulla, señala con el dedo y vuelve a las pantallas del aeropuerto donde les dicen que su vuelo, retrasado más de una hora, ha llegado a tiempo. No hay nada que el lenguaje no pueda arreglar sobre la realidad. Ponemos "A tiempo" en todos los aviones retrasados y las esperas son menos esperas, deben pensar los gestores.