El 'Estatut de Maragall' tuvo unos efectos secundarios ya previstos por muchos críticos del apaciguamiento; el apaciguamiento pocas veces funciona. Nadie apacigua a un tigre hambriento con un bistec, por bueno que sea y bien cocinado que esté. Fue como echar gasolina a las llamas....
No se trata de animar a los legionarios a desfilar con la cabra portando el cristo crucificado, llevar una banderita en el reloj u otras horteradas que se han perpetrado en el pasado, pero no estaría mal mostrar un poco más de afecto por la España constitucional y sus símbolos.