Ambas entidades recogen así el acuerdo que se adoptó por unanimidad en el Congreso del organismo rector del fútbol mundial para seguir luchando de forma conjunta y eficiente contra el racismo.
El condenado, escondido bajo diferentes pseudónimos, no tendrá que entrar en la cárcel, no obstante. Es la primera condena de esta índole por insultos en foros o redes sociales, como detalla el Real Madrid.
Tanto las ganas de convertirlo todo en dinero como la hipocresía de aquellos que creen en una igualdad racial brasileña (que, si es total en el aparato biológico, es inexistente en nuestra vida social) quieren convertir el gesto del atleta en un arma más de opresión. No lo consintamos.