Bienvenido sea el PIVE 2, que aporta además algunas interesantes novedades, como extenderlo a los vehículos industriales o a los turismos de más de 25.000 euros de PVP, hasta ahora vetados. Ahora a esperar que el sector se anime, porque es una de las patas sobre las que se asienta la economía de este país. Un automóvil es primordialmente una máquina de generar impuestos. El Estado no puede permitirse el lujo de dejar que se muera esta gallina de los huevos de oro y no tiene más remedio que dar de comer a la vaca si quiere ordeñarla.