Siendo el sector más dañado por la pandemia, se enfrenta a un gran reto este verano que, de no superarlo, podría acabar consolidando unas pérdidas muy dañinas para nuestro país.
Una ruptura amorosa abre ante nosotros una sima llena de incertidumbre y de desequilibrio. En ese instante comenzamos a encontramos solos y desvalidos, y el miedo, mezclado con otras emociones, se apodera de nosotros. Es en ese momento cuando entramos en una zona rota, un aro en apariencia terrible, pero que encierra la oportunidad de oro para conocernos y salir impulsados hacia una nueva zona de evolución.
La sensación de perder a un ser querido es distinta para todos. No valen los te entiendo o los sé lo que sientes, básicamente porque nadie ha perdido a mi tío. Por eso era mío y de nadie más. Agradezco las muestras de cariño, pero los tópicos y el pésame no hacen nada más que incomodar mi vela.