La socialdemocracia española quiere olvidar dos años de rubalcabismo y sepultar la cadena de derrotas que le acompañan desde 2011, sea cual sea el precio a pagar. Así que dio igual que en las palabras del nuevo líder no hubiera rastro de un relato ordenado; ni que sus frases no emocionaran; ni que recordara en su insoportable levedad al Zapatero del 2000, ni que hiciera un ejercicio de yoismo permanente; ni que todo fuera producto de un improvisado marketing político del que sus creadores se sienten orgullosos....