España sigue siendo un curioso anacronismo, con sus catorce pagas, dos llamadas extraordinarias. El mejor regalo de Navidad para 2014 sería la desaparición de las dos pagas extraordinarias -la de julio y de Navidad- no por reducción sino por su integración en el salario ordinario. La convergencia del salario mínimo con visión de crearlo a nivel europeo sería su mejor complemento.