Salarios y Navidad
España sigue siendo un curioso anacronismo, con sus catorce pagas, dos llamadas extraordinarias. El mejor regalo de Navidad para 2014 sería la desaparición de las dos pagas extraordinarias -la de julio y de Navidad- no por reducción sino por su integración en el salario ordinario. La convergencia del salario mínimo con visión de crearlo a nivel europeo sería su mejor complemento.
La vuelta de la paga extraordinaria de Navidad es una buena noticia para muchos hogares. Sobre todo, cuando se sigue predicando la baja de salarios por sesudos organismos internacionales como un bálsamo curalotodo en una letanía sin fin. Purga para los demás que ellos no se la aplican en casa.
Sin embargo, hay dos noticias que suponen un cambio de escenario. Por un lado, la ofensiva del presidente Obama desde el discurso del Estado de Unión por el aumento del salario mínimo federal en Estados Unidos dentro de la lucha contra desigualdad. Incluso pasando de una propuesta de 8,5 dólares/hora a 10,10, ligado a la inflación. La otra es la creación, por fin, en el contrato de la Groko -la palabra de éxito en Alemania para designar a la Grosse Koalition- de un salario mínimo interprofesional como condición del SPD. Su no existencia sobre todo en servicios, tenía consecuencias negativas en otros países europeos. Aumentar el consumo interno es un imperativo para Alemania, y una contribución importante para ayudar a superar la crisis también para España.
Estos dos hechos pueden impulsar un giro importante en el debate salarial. Por un lado, no lo limitan a la necesaria denuncia de los escandalosos aumentos de retribuciones y gajes de los ejecutivos, especialmente en banca. Por otro, plantean una cuestión fundamental para la mayor parte de la ciudadanía en una democracia: unas condiciones mínimas dignas de vida para una familia tipo con dos hijos. La igualdad es un valor básico de la democracia que ha retrocedido de manera dramática con la desregulación y la crisis, ahora.
En lo que respecta a la cuantía del salario mínimo, la propuesta que se maneja en Alemania está en torno a 8,50 €/hora, aproximadamente la misma que en Estados Unidos. Dado que el euro permite comparaciones más homogéneas y el salario/mes y /hora son la base de la comparación internacional, conviene que nos pongamos también en hora.
España sigue siendo un curioso anacronismo en este tema, con sus catorce pagas, dos llamadas extraordinarias. Son herencias de la dictadura, que compensaba los sueldos de miseria con las pagas del 18 de julio y Navidad, convirtiendo en extraordinario lo que debía ser ordinario, por constituir un derecho. Si, como hace Eurostat, calculamos por meses, el salario mínimo español es de 748,30 euros, es decir de unos 4,20 euros por hora trabajada, aproximadamente la mitad del belga, el irlandés, el francés y algo más en relación con el británico. La diferencia de renta per cápita con estos socios europeos se sitúa tan sólo en torno al 20% a su favor.
El mejor regalo de Navidad para 2014 sería la desaparición de las dos pagas extraordinarias -la de julio y de Navidad- no por reducción sino por su integración en el salario ordinario. La convergencia del salario mínimo con visión de crearlo a nivel europeo sería su mejor complemento.