Cásate conmigo
Estábamos de luna de miel y mi mujer, tendida a mi lado en la cama, le escribía una carta a su mejor amiga. Cuando acabó, me pidió que la revisara. Contento de poder ayudarla, la leí detenidamente de principio a fin. Tiene una ortografía y una gramática muy buenas, pero le señalé detalles menores.