El exprofesor José María Martínez Sanz fue condenado a 11 años de cárcel por abusos sexuales continuados a un alumno, pero nunca llegó a entrar en prisión.
Se trata de los primeros cambios que en la prelatura en 40 años, de tal calado que obligarán a una refundación del colectivo fundado por Escrivá de Balaguer.
El juez, que le ha retirado el pasaporte y ha ordenado su comparecencia semanal en un juzgado, cree probado que agredió a un alumno entre los 12 y los 13 años.
Me siento indignado e insultado tras leer una surrealista entrevista al líder de Podemos, Pablo Iglesias, donde se despacha a gusto contra "el izquierdista tristón, aburrido, amargado" y los dirigentes políticos de IU, que "se avergüenzan de su país y de su pueblo, recocidos en esa especia de la cultura de la derrota".
No era sólo la falta de sexualidad o literatura lo que tenía despersonalizado a Antonio. Cada pequeño placer era podía pasar a engrosar su "lista de mortificaciones", renuncias de cosas cotidianas que ofrecía como muestra de entrega espiritual. También estaba quitarse el azúcar del café, no beber agua con las comidas o no apoyar la espalda en el asiento mientras trabajaba.
Mientras el cinismo de los partidos tradicionales se evidencia al compararles con su propia historia, el partido de Mario nace ya así, como cinismo puro. Cuando acusa de ladrones a los políticos, muestra hasta qué punto confía en que la gente no tiene memoria o que el cinismo vende.