Hoy, cuando ya conocemos la carta de Cameron a todos los mandatarios de la Unión y hemos visto concretadas sus demandas de cambios en cuatro grandes áreas de la arquitectura europea, empiezo a pensar que una delicada e importantísima negociación se abre paso inexorablemente. Por mal que nos parezcan algunas cosas que quieran los ingleses.
Defendió con uñas y dientes su cheque y se opuso a la moneda única, sin levantarse nunca de la mesa. Fue precisamente su desacuerdo con Lawson y Geoffrey Howe el que anunció su caída en un patético debate en la Cámara de los Comunes. Un claro contraste con la posición de su sucesor Cameron.