Llama la atención que ninguno de los líderes o portavoces de los más importantes partidos políticos haya reparado ayer, en sus comentarios sobre el discurso del rey, en la falta de sensibilidad que ha demostrado el monarca sobre la violencia machista.
Si yo fuera el rey de un país y llevara casi cuarenta años dando discursos por Navidad y otras fechas señaladas sabría hablar. Bien, sabría hablar bien. Juan Carlos sabe hablar en el sentido del desarrollo del lenguaje humano, pero su habla no tiene la majestuosidad que se espera de la Corona. Su Majestad vocaliza como si tuviera una cáscara de plátano en el paladar. Por su 74 cumpleaños, le regalo el análisis fonético y lingüístico de su bonito mensaje navideño.