Nada ha cambiado con el nuevo gobierno: fantaseamos con el talante, el diálogo, el cambio y la enmienda, pero nada. Rajoy sigue siendo Rajoy y su forma de entender la política, con mayoría absoluta o sin ella, es la misma. No hubo guiño, sino una cobra en toda regla a los españoles en general y al PSOE, en particular, que es quien le regaló, junto a Ciudadanos, la investidura.