memoria

Un espejo para nuestro cerebro

Un espejo para nuestro cerebro

Me resulta un tanto absurdo lanzar una especie de cruzada contra la memorización cuando somos jóvenes para luego intentar buscar soluciones a toda prisa cuando llegamos a una cierta edad, como el estudiante que espera al día antes del examen para darse el atracón. ¿No sería más lógico tratar de no enterrar algunas de nuestras capacidades y así no tener que buscarlas años después?
¿Nos está haciendo la tecnología perder la memoria?

¿Nos está haciendo la tecnología perder la memoria?

En los últimos años, nos advierten de los efectos perniciosos de la tecnología en el cerebro y el aprendizaje. Nicholas Carr, el autor de mayor repercusión, se quejaba en su artículo Is Google making us stupid? de que Internet le está robando la capacidad para concentrarse y profundizar.
Del Superagente 86 a San Google

Del Superagente 86 a San Google

¿Cómo es posible que alguien lleve todo el día encima su teléfono y continuamente interactúe con él a través de llamadas, mensajes, navegación por internet..., y ni siquiera conozca los nueve dígitos que identifican la línea telefónica con la que tiene acceso a todo eso? Eso no pasaba en la época del zapatófono de Maxwell Smart.
Polin: los judíos europeos y nosotros

Polin: los judíos europeos y nosotros

En Polin -como los judíos llamaban a Polonia-, lo que está por encima de todo es la memoria de la vida, de una vida imposible de recuperar, pero cuyo recuerdo no es -no debe ser- nostalgia vana de un pasado perdido. Al contrario: visitar este lugar de la memoria nos debe hacer recordar que lo normal en el mundo ha sido siempre la multiculturalidad.
Ladrón de maletas

Ladrón de maletas

Seguro que nos robó rápidamente. Abrir esos maleteros era cosa de poco menos que llegar y tirar con decisión, así que siguió el procedimiento habitual: golpeó con un martillo el bombín de la cerradura, puso su dedo índice en el pequeño tirador que lo rodeaba y voilà. Miró discretamente a su alrededor, cogió las dos maletas y se alejó del coche.
El olvido que seremos

El olvido que seremos

Rara vez he leído palabras tan cargadas de emoción como las de este libro. Abad padre era un hombre volcado en la defensa de los derechos humanos y el bien público, siempre obsesionado, como buen médico con vocación social, con el combate y denuncia de las causas de las enfermedades que afectan a los más pobres. Vivió con la dignidad de defender sus ideas hasta el día de su asesinato, ignorando razones de conveniencia. Lo cual es mucho decir en el universo que ha sido Colombia.
La falta de atención

La falta de atención

Algunos temas centrales del debate educativo están mal enfocados. Me refiero a los problemas de atención, responsabilidad y compromiso con el estudio y memorización. No nos damos cuenta de que los alumnos atienden más si lo que les proponemos les interesa; o más aún, tiene sentido para ellos.
Esa reconstrucción llamada memoria

Esa reconstrucción llamada memoria

Lo que hace de la memoria una herramienta única y definitiva es que, al contrario que la Historia, sólo puede enunciarse desde la individualidad, nunca es algo colectivo. Intentar hacer pasar la memoria por Historia es, como poco, una contradicción en términos, y en el peor de los casos un fraude.
Mi padre

Mi padre

Cuando éramos jóvenes, tu madre y yo salíamos a pasear por el pueblo con la que se convertiría en mi suegra. Caminaba por la carretera cinco pasos por delante. Si la conversación bajaba de volumen o guardábamos silencio se volvía a mirar para escudriñar qué ocurría.
Sin reparación en la web

Sin reparación en la web

Una vez publicado, todo mensaje queda en la red. Sin apelaciones. Sea una comunicación positiva y halagadora para la persona o, como suele pasar con las que se quieren borrar, negativa. Allí estará hasta la eternidad, para morbo de curiosos e investigaciones desalmadas destinadas a revolver en el pasado.