Cada cual tendrá que hacer su examen de conciencia. Los que asesinaron, los que aplaudieron y los que miraron a otro lado. Todos. A los que crecimos rodeados de eso y nunca hemos conocido otra cosa, o casi, que la dictadura terrorista de ETA y su monotema, nos toca aprender a vivir en libertad. Sí, eso también se aprende. Se ejerce y se exige. Yo fui un niño de los 80, en Euskadi. Me alegro de que mis hijas no tengan que pasar por lo que yo pasé, y me alegro de que mis padres estén aquí para verlo. No todos han tenido esa suerte.