Si un medico como yo se permite la osadía de acometer una crítica literaria como esta es porque tiene muy claro que autores como Vilas han venido para salvarnos. De su mano, asistiremos a asesinatos, pasiones, hundimientos, derrumbes y toda clase de exabruptos humanos. El derroche de creatividad es magistral, toda la obra es una lección de ingenio con el toque de humor ácido que tanto gusta al autor.