Y cómo no estar asustados
Es inevitable sentir miedo, estar asustados y preocupados, mientras digerimos el dolor por la matanza en Charlie Hebdo. Pero el miedo es también un mecanismo de defensa necesario para poner en alerta todos nuestros sentidos, y el más valioso de todos: la inteligencia. Y ella es la que nos dicta que para luchar contra el fanatismo no hay otra vía que robustecer los principios de libertad, de igualdad, de tolerancia y de respeto a la ley que son la base común sobre la que estamos construyendo Europa: una tarea que sigue exigiendo lo mejor de nosotros