El mismo departamento que dirigía Javier Fernández-Lasquetty, dimitido después de que la sociedad parase la privatización de la sanidad madrileña, el mismo Gobierno al que perteneció Francisco Granados, optó por gastar dinero público en evitar que el daño cerebral sobrevenido en la infancia tenga un tratamiento gratuito en la Comunidad.
Se podría afirmar que Lasquetty se comporta como un pirómano provocador que ha conseguido aunar en su contra a todos los colectivos profesionales en los que conviene recordar abundan los votantes del PP.
Según el responsable de Sanidad de la Comunidad hay estudios que respaldan su postura, pero no existen trabajos que prueben lo contrario, por lo que considera las protestas de los trabajadores sanitarios "injusta, irresponsable e injustificadas". Para despejar la incógnita rápidamente: no, no es cierto.