Puede que los inmigrantes españoles no seamos igual de exitosos que los libaneses, pero no estamos mal. Si ellos son caviar, nosotros somos turrón. Creo que los que optamos por emigrar es posible que acabemos encontrando finalmente lo que buscamos siendo además más antifrágiles.
El norte de Europa ha resistido parcialmente indemne a la crisis, mientras que el sur se desangraba, pero la crisis empieza ya a golpear a la puerta de Alemania. Matar a los clientes jamás fue una buena política comercial. Con algo de suerte Merkel acabará por darse cuenta, pero sólo si resultara ser más inteligente que sus secuaces.