A mis dieciséis o diecisiete años, yo ya emborronaba cuartillas, y por entonces ya tuve el fogonazo de que esa canción, La del pirata cojo, se merecía un libro ella sola, porque por sí misma era tan valiosa como La isla del Tesoro o La vuelta al mundo en 80 días.
Se autodefine como guitarrista insurgente en su perfil de Twitter. Es también el andamio de Sabina, dicho por este mismo, que también reconoce que ninguna novia le ha aguantado un tercio del tiempo que lleva con el señor Varona. Treinta y tres años, esto ya va camino de unas bodas de oro..., y que dure.