No son pocos los motivos por los que el sentimiento de inseguridad en la sociedad crece y se asienta entre la población, con una sensación de desasosiego que se encuentra muy lejos de desaparecer.
Nos negamos a vivir en una cultura que diga a las mujeres si podemos o no vivir en libertad. Nos negamos a vivir en una cultura que educa a las niñas y mujeres a cuidarse de no ser violentadas, violadas, asesinadas, en lugar de educar a los hombres a no violentarnos, a no violarnos, a no asesinarnos.
Entre la cuna y el cementerio, solemos encontrar unos 8 ó 10 grandes momentos-atrévete, aquellos en los que la vida te mira a los ojos, te lanza dos alternativas a la cara, y te pregunta ante la disyuntiva: ¿vas a elegir el sí o el no? Y en torno a la respuesta, siempre se generan tres grupos.
En el fondo, prefiero que me sorprenda con un abrazo por la espalda en vez de con una declaración ostentosa en su muro de Facebook. Puedo vivir sin que comparta publicaciones de ese tipo mientras siga participando activamente en nuestro matrimonio.
Probablemente, si existiese un Ciber-CIS que reflejase las preocupaciones de los españoles referentes a Internet, desafortunadamente, en un puesto muy destacado estarían los hackers. Mucha culpa de ello la tienen Hollywood y los medios de prensa. Pero lo que probablemente no sea muy público es que los mayores generadores de inseguridad no son los hackers, sino mas bien los gobiernos.
No pretendo juzgar aquí al movimiento chavista ni al Gobierno de Nicolás Maduro. El chavismo, pese a todos sus defectos, nació de la voluntad de llevar justicia social y mejores condiciones de vida al pueblo venezolano, y como socialista, no puedo dejar de simpatizar con ese objetivo.
Cuando se rompe una relación entramos en una espiral de desbordamiento de emociones que afectan a nuestra vida diaria. La idea de mudarte te confronta con la realidad de forma directa: tu relación se ha roto, lo que te puede producir cierta sensación de caos y un sentimiento de pérdida de rumbo en la vida.
Tus pensamientos son solo eso, pensamientos. No siempre te definen. Lo que te definen son tus actuaciones. Deja de temer a lo que te atormenta. No todo tiene un significado, y mucho menos un significado catastrófico. No todos los y si... pueden acabar la frase en desgracias. Y si tienen que acabar en desgracias, ¿las podrás evitar tú? No. ¡Pues eso!