Varias personas resultaron heridas en Georgia después de que un telesilla en una estación de esquí sufriera una avería en el sistema de frenado. La velocidad del telesilla fue en aumento hasta el punto de que los esquiadores eran lanzados por los aires, provocando magulladuras y diversas heridas a varios de ellos. Por suerte, no hubo que lamentar males mayores y el telesilla se detuvo después de unos angustiosos minutos.
Quedo con Antonio Chávez en la salida del metro de Tribunal. A pesar de que no se nota su ceguera, tiene una discapacidad visual del 80% y ve el mundo con visión túnel, aunque eso no le ha impedido viajar a Armenia y Georgia, de donde acaba de venir para grabar los sonidos de sus rincones y tradiciones.
Vivir en el extranjero es una aventura emocionante. Pero a veces, sumergirse en una nueva cultura y una nueva vida puede llegar a ser abrumador e incluso estresante. Lo sé por experiencia; después de haber vivido en seis países diferentes, he tenido esta sensación unas cuantas veces.
De las manos de los zares, Adjaria pasó a manos de los bolcheviques en 1921, mientras nacía la URSS y las ruinas otomanas pasaban el testigo a la flamante y afrancesada República de Turquía. A cambio de mantener Adjaria, los soviets regalaron a los turcos las montañas más altas de Kars y Ardahan, despojando así a Georgia del alma de la cordillera.
No hay cosa más absurda a la hora de entrar en un país inexistente que tener en regla todos los papeles y no tenerlos en papel. Llevar un salvoconducto militar descargado en el móvil y enseñarlo a tres bigardos abjacios para que te dejen entrar en su particular Edad Media es, aquí, algo completamente absurdo.
Sólo en medio de esas montañas gigantescas de Osetia del Sur, entiende uno la obsesión rusa por controlar todas las cumbres del Cáucaso, sean de Georgia, de Azerbaiyán o de Armenia. Y si para controlar esas alturas es preciso, Moscú fabrica países inexistentes.
Hay países que pocas veces aparecen en los titulares de periódicos. Si ese país se llama Georgia, la mayoría de la gente cree que hablas de un estado de EEUU y los pocos que no lo hacen tampoco logran situarlo en el mapa, metiéndolo en el borroso saco de las repúblicas asiáticas exsoviéticas.