Parece claro que la comunidad internacional no debería permanecer pasiva ante un conflicto en el Próximo Oriente que amenaza con inflamar toda la región.
Los Estados Unidos no son de fiar. La ONU no actúa. Hay que hacer algo para parar la violencia en Gaza, pero, ¿en quién podemos confiar? ¿En nuestros gobiernos, que mienten y persiguen sus propios objetivos mediante populismos y amiguismos y que son proveedores de armas?