La declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) de este palacete del siglo XVIII es firme y ya está en vigor la obligación de abrirlo al público. Durante el franquismo, el Ayuntamiento la subastó y acabó en manos de Carmen Polo, viuda del dictador.
Se trata de la escultura de San José, varios escudos y un monolito. Comienza la vista para determinar cuáles pueden ser retirados del inmueble, ahora propiedad del Estado.
El fallo “reconoce a los herederos del dictador el derecho a recibir una indemnización por los gastos en los que incurrieron cuando ostentaban la propiedad del inmueble”.