Desde el pasado martes, desde la sentencia del Tribunal de la UE sobre el 'Safe Harbour' transferir datos a los Estados Unidos carece de base legal. Los ciudadanos de la UE y las empresas se encuentran ahora operando en un vacío legal cuyas consecuencias para millones de ciudadanos y miles de compañías serán de proporciones incalculables
Han estado mintiéndonos durante años. Mientras los fabricantes de coches anunciaban la sostenibilidad y eficiencia de sus vehículos, han violado de forma sistemática las normas que limitan las emisiones contaminantes. Han decidido que sus beneficios valían más que la ley, nuestra salud y el clima.
El #dieselgate ha de servir para que los usuarios finales miren con desconfianza, por fin, lo que los fabricantes anuncian. Para que exijan a sus representantes políticos el endurecimiento de las normas, y para que la presión popular se acabe ante medidas como la prohibición de diéseles en el centro de grandes mega urbes.
El cómo lo hizo exactamente es algo que todavía no podemos explicar con detalle, pues todas las partes implicadas se han guardado parte de la información en la manga. Pero hay otra cuestión en el aire, ¿por qué lo hizo?