dictadura militar
Egipto: fue bonito mientras duró
Hoy, cinco años después, y tras pasar un par de años en El Cairo, solo puedo decir que me siento triste por lo lejos que han quedado las ilusiones de la llamada Primavera Árabe. El Egipto que he visto no es el que quería que fuera. Egipto no me ha contagiado ilusión ni revolución, sino más bien rabia y tristeza por ver, día a día, cómo iba muriendo el espíritu del cambio. Hoy es, en su mayoría, un país enfadado, lleno de propaganda, desilusión, víctimas inocentes, odio, e incluso, a veces, arrepentimiento por lo que pasó.
Egipto, el fútbol de la ira y la protesta
Para la juventud urbana egipcia, el fútbol y el estadio configuran uno de los pocos espacios y quizás de los más preferidos ocasionalmente para expresar el rechazo a la política de su país, como protesta por las condiciones de vida para jóvenes y adolescentes y como una de las mayores oportunidades que a través de la televisión acreditaría formar parte de una sociedad global.