Sí, El amor está en el aire, en el Teatro Infanta Isabel, es teatro comercial. Calificativo que no debería impedir que se colase por derecho propio en la critica teatral. Porque su director, Félix Sabroso, conoce los materiales con los que trabaja y sabe sacar lo mejor de ellos para contar bien y darle cuerpo a una simple, sencilla y corriente historia de amor.
En estos tiempos que se imponen los bautizos para agnósticos y los bar mitzbah para gentiles, nosotros, los que no hemos encontrado la media naranja ni un medio melón que nos consuele, pedimos enérgicamente un pequeño hueco en esta celebración, un San Valentín para solteros.
La alquimia de las recetas se hace fundamental en un espacio lleno de fantasías eróticas. Un mundo de texturas y de sutiles transformaciones. Nos alimentamos con aventuras llenas de situaciones excitantes; inyectando a nuestro paladar calor, frío, pasión y sensualidad; llegando a confundir la cocina con amores inalcanzables.
Enamorarse no es siempre algo voluntario. Uno se enamora sin más, no estudia una carrera para lograrlo, no lo intenta con todas sus ganas, no lo lucha, no lo ve como una meta, si fuera así no sería amor, ¿o sí?