Hoy en día, entrar en competencia significa tener una serie de atributos asociados a los hombres, y, por tanto, las mujeres nos encontramos siempre excluidas. Por ello, propongo un cambio de mentalidad organizativa y económica de la sociedad, menos competitiva y más colaborativa. Si las reglas de la competición las fijáramos las mujeres, podría haber una sinergia mucho mayor entre trabajo y vida.
Hay escenas que en 2016 asombran y duelen. Un famoso entrevista a un conocido futbolista que está casado con una conocida periodista. El famoso, que presenta el programa en la televisión pública, le pregunta al futbolista, cuando ella ya ha salido del cuadro, si ahora que ha sido madre cree que volverá a trabajar.
Hombres, ¿os sentís seguros caminando por vuestro barrio? ¿Utilizáis las llaves como posible arma? Estamos metidos en un proceso de cambio que requiere que todo el mundo observe el papel del sexismo en su vida. ¿Eres consciente de cuándo te ocurre, o de si tú también eres parte de ese sexismo?