Pasados unos días, a pesar del riesgo, me atrevo a emitir una opinión. Debo decir que la utilización de menores, incluso en causas nobles, me produce muchos reparos, y que me parece confuso el mensaje de quien, como la señora Bescansa, tiene a su disposición una escuela infantil en el mismo lugar de su actividad laboral completamente gratuita. Y entre todos los argumentos que se han apuntado para justificar el gesto de la diputada de Podemos, quizá el más sorprendente sea el de que la presencia del niño "ha servido para poner sobre la mesa un problema".