Como símbolo de fuerza y poder, o para proteger a los trabajadores de una obra, esta tonalidad llamativa seguirá siendo parte de los equipos constructores.
La reforma anunciada no responde ni a la necesidad de proteger mejor el litoral ni a la de garantizar mayor seguridad jurídica. Es una manifestación del mantenimiento a toda costa -nunca mejor dicho- del nefasto modelo productivo de nuestro país