La conciliación familiar, la conciliación con los amigos, con nosotros mismos, con el resto de nuestras vidas lleva años siendo una letanía que se escucha en estadísticas cada cierto tiempo. Pero a día de hoy, ningún Gobierno se ha tomado verdaderamente en serio este tipo de cuestiones. Pero la realidad es que la gente que tiene vida es más productiva, más alegre, más activa y más creativa. Por eso hacen falta en este país políticos valientes y con ideas nuevas, que se atrevan a probar nuevas fórmulas allí donde otros ni siquiera lo han intentado.