Es imprescindible volver a tomar el pulso a todas nuestras luchas y reivindicaciones en las calles, tras muchos meses de parón a causa de las medidas sanitarias.
Mal empezó el primer día de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, en mi ciudad, Zaragoza, cuando, una vez más, a la misma hora salieron desde lugares distintos tres manifestaciones sindicales, tres, para poner de manifiesto la falta de unidad en el mundo del trabajo y de la izquierda en general.