Klopp es el candidato ideal para entroncar con el juego culé. Volvería la presión, la voracidad, la cultura del esfuerzo y no se perdería la relación con el balón, simplemente se ganarían revoluciones. Una apuesta segura, fiable y sobre todo ganadora.
Messi e Inglaterra no se llevaban bien hasta ayer. El argentino era un jugador irreconocible cada vez que pisaba las islas. La historia cambió anoche y quizás para siempre. Un pase genial de Iniesta enfocó al 10, quien se plantó delante de Hart y forzó que Demichelis tuviera que derribarle por detrás.