La gripe nos recuerda lo que somos y es sabio aceptarlo, no pelear contra lo que no se puede sino aliviar y favorecer las defensas naturales del peque que son al fin y al cabo las que van a ganar la batalla, mimos y cuidados generan más defensas que cualquier preparado. Abraza a tu bebé febril, el contacto piel con piel le hará bajar la temperatura y si está tiritando de frío le aportarás el calor que necesita.