Dudas sobre la gripe estacional: qué hacer para evitar el contagio y cómo diferenciarla de un catarro
Y las claves para sobrellevarla si no conseguimos esquivarla.
Aunque este año ha llegado con un poco de retraso, la gripe estacional ya está causando estragos en España, con cifras cercanas a los niveles de epidemia. "Para estar en una epidemia de gripe deben darse 55 casos por 100.000 habitantes y a nivel nacional estamos en 48. Se está propagando muy rápido", cuenta Julio Maset, médico responsable del departamento científico de laboratorios CINFA.
Sin embargo, esto es lo que ocurre cada año. Antonio Lalueza, de médico especialista en medicina interna y coordinador de los servicios de gripe en el Hospital 12 de Octubre de Madrid señala que "el comportamiento es similar a otras campañas". "Las cepas circulantes son las mismas que en años anteriores y están previstas por la vacuna", explica.
Aunque es cierto que la gripe está caracterizada por ser un virus que muta y que a veces puede hacerlo incluso durante la temporada —lo que hace que sea impredecible—, Miguel Ángel Sánchez Chillón, médico de atención primaria y presidente de ICOMEM (Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid), afirma que por el momento "no hay una alerta especial ni se ha observado nada distinto a lo que es una gripe estacional como la que hemos ido viendo en los últimos años".
Pero si tienes la mala suerte de contagiarte esta temporada o tienes a alguien cercano que la coge, los tres expertos han contado a El HuffPost sus recomendaciones para evitar el contagio o, si no consigues librarte, cómo pasarla de la mejor manera.
Sánchez Chillón señala que tanto los catarros como la gripe son enfermedades producidas por virus (hay unos 50 o 60 virus que producen catarros). "Pero hay una tendencia a hablar de gripe para referirse a un montón de enfermedades banales, más o menos pasajeras y que se suelen curar en pocos días. A estas deberíamos llamarlas catarros", cuenta.
La gripe, según explica Sánchez Chillón, aparece en pocas horas, suele tener un inicio muy brusco y produce un cuadro muy llamativo. "Lo más típico es que se inicia con fiebre alta, por encima de 38 o incluso 40 grados. Como la gripe es una enfermedad que afecta a todo el organismo produce mucho dolor muscular o articular, dolor de cabeza, debilidad... Y suele venir a veces con tos seca", señala Maset.
La gripe estándar, según los médicos, no tiene por qué estar acompañada de mocos o estornudos. "Eso es más del catarro común", añade Sánchez Chillón. "En el catarro, por el contrario, lo normal es que no haya fiebre, o si la hay suele ser baja, y se dan otros síntomas muy molestos como la congestión nasal, el moqueo, la tos con mucosidad, no seca", cuenta Maset.
Lalueza afirma que lo mejor para evitar el contagio es vacunarse y recuerda que en España todavía se puede hacer (hasta el 31 de enero). Pero hay que tener en cuenta que desde que un paciente se vacuna hasta que se forman los anticuerpos para hacer frente a la gripe pasan unas dos semanas.
"Es importantísimo insistir en la vacunación en aquellos pacientes con un especial riesgo de tener una gripe complicada: mayores de 65 años, mujeres embarazadas en la temporada de gripe o pacientes con patologías previas crónicas, sobre todo respiratorias", señala Lalueza.
Más allá de las vacunas, los expertos afirman que todos deberíamos seguir unas medidas de higiene básicas, como lavarse las manos con agua y jabón con la máxima frecuencia posible frecuencia y ventilar las estancias cerradas todos los días para que el aire se renueve.
Para evitar que se propague el virus, según Maset, lo mejor es entender cómo se produce el contagio (tanto en el catarro como en la gripe): "Cuando estornudamos o tosemos, expulsamos unas gotitas microscópicas al aire que son las que contienen los virus y las que contagian. Si estornudamos o tosemos en la mano, el virus va a ir a todo lo que toquemos y va a quedar contaminado. Si después alguien toca el mismo pasamanos y luego se toca la nariz o la boca o los ojos, ya se ha contagiando. Entendiendo este proceso, lo que hay que hacer es cortarlo".
Sánchez Chillón recuerda que la única forma es evitar el contacto directo con la persona afectada. "Y que esa persona tome las medidas de higiene para evitar contagiar a los demás", señala.
Por lo demás, los médicos reconocen que no se puede hacer mucho más porque es un virus que se transmite con mucha facilidad. Por eso, los tres insisten en la necesidad de lavarse las manos con agua y jabón o alguna solución con alcohol todas las veces que se posible. "Y si estos días evitamos llevarnos mucho las manos a la nariz o a la boca, pues mejor", señala Maset.
Lo primero es quedarse en casa, en la medida de lo posible. "Al menos hasta que pasen 24 horas desde que aparece la fiebre, que es el momento de mayor contagiosidad de la gripe", señala Lalueza.
El médico Sánchez Chillón aconseja que el enfermo, cuando vaya a toser o estornudar, lo haga en la flexura del codo (parte interna) en lugar de en la mano. "Como la ropa es un tejido inerte, si el virus se queda ahí, muere a las pocas horas", afirma.
Y Maset apunta que si se estornuda o tose, al menos se haga en un pañuelo de papel y que después se tire, es decir, que solo se use solo una vez.
"Nada, absolutamente nada", asegura Sánchez Chillón: "Pasarla. Cuando uno coge una gripe, le va a durar los días que le toque porque todos los procesos tienen una duración". Y recuerda que a una persona joven y sana, que es a los que más afecta la gripe —los demás están vacunados—, no le van a ayudar mucho en un centro de salud o urgencias: "Lo único que conseguimos yendo es compartir el virus y expandirlo".
Como recomendaciones, los médicos aconsejan mantener un reposo relativo, beber mucho líquido para evitar la deshidratación y mantener la fiebre controlada con algún medicamento como el paracetamol.
Los tres médicos insisten en que los antibióticos no sirven para absolutamente nada en el tratamiento de un virus. "El antibiótico sirve para matar bacterias. Lo único que puede ocurrir es que encima tengamos que sufrir los efectos secundarios de los antibióticos y que las bacterias adquieran resistencia", señala Sánchez Chillón.
Maset lamenta que hay una tendencia a automedicarse y recurrir a los antibióticos que solemos tener en casa porque sobraron alguna vez y se queja de que este mal uso hace que las bacterias del cuerpo se hagan más resistentes a estos medicamentos. "Estamos creando unas bacterias resistentes a todo y empieza a ser un problema de salud pública muy grave", se queja.
Según los médicos, se suele recomendar que el paciente vaya al médico siempre que se encuentre en alguno de los grupos de riesgo; si pasados unos cinco o seis días persiste una fiebre muy alta o si se empieza a tener dificultad para respirar en reposo. "También si orinan menos de lo normal o empieza a no tolerar el alimento. Esas también pueden ser señales de que la gripe se está complicando", concluye Sánchez Chillón.