La dificultad de encontrar una fecha adecuada, la imposibilidad de sacar los libros del Registro y el empeño de las parejas por celebrar bodas a medida en las que ellos eligen cuánto dura, dónde se celebra, qué textos se leen y qué música suena, ha hecho que algunos recurran a actores u oficiantes para el día de la boda.