Hace unas semanas coincidía en un almuerzo con Mónica Esteban, presidenta de la Fundación Juegaterapia, que trabaja para hacer sonreír a los más pequeños enfermos de cáncer en los hospitales. Todo nació gracias a una videoconsola donada al Hospital de la Paz, para que un pequeño pudiera olvidarse de las hora de quimioterapia mientras disfrutaba de los videojuegos.