Se cree que fotocopió documentos comprometedores del extesorero popular y se los pasó a policías comandados por el comisario, que no daban cuenta de sus pasos a la justicia.
Rechaza llamar a declarar como testigos a María Dolores de Cospedal y a su marido, Ignacio López Hierro, por la conversación que tuvieron con el excomisario Villarejo en 2009.
Su informe final es demoledor: constata todo un sistema armado para delinquir apoyado en cargos del PP, "beneficios" para el partido y evidencia de una caja b paralela en Génova.
Sostiene que hay pruebas de que usó una caja B del PP para enriquecerse, además de que medió con administraciones públicas para cobrar comisiones ilegales.