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Las claves de la semana: El PSOE o cómo ganar terreno al mar
En apariencia, nada se mueve. En realidad, todo está en ebullición. Porque la tensión sigue y la desconfianza cada día es mayor. Pero, como Holanda, el PSOE va ganando terreno al mar. No hay entusiasmo, no hay ilusión, pero se trata de lograr durabilidad. Han pasado 100 días ya desde la gran tormenta que desbordó aquél 1 de octubre las procelosas aguas del socialismo, y los efectos del fuerte oleaje siguen ahí pese a los diques de contención.
Las claves de la semana: Iglesias se desinfla (en el Congreso y en Podemos)
Aznar confirma la leyenda de un Rajoy que, sin despeinarse, ahí sigue pese a propios y a extraños. A este paso acabará hasta con los que desde la nueva política se creyeron llamados a encabezar la refundación de la derecha española. Que se lo digan a Rivera, que como Iglesias, no acaba de encontrar su lugar en el Parlamento. Si 2016 fue el año en que murió el bipartidismo, 2017 parece que será el de su resurrección. ¿Acaso no se trataba de eso?
Investidura y dos huevos duros
No fue su surrealista inutilidad la que acabó con el servicio militar en España, ni el clamor popular, ni los meritorios esfuerzos de los objetores de conciencia. Con la mili acabó un señor muy de derechas, José María Aznar. Y no fue por algún extraño efecto secundario de la vigorexia que ya se le manifestaba, sino porque se lo pidió en un hotel de lujo otro señor, también de derechas, pero catalán: Jordi Pujol.
Cosas que expulsar de Europa antes que a los refugiados
Dice José María Aznar, con esa afectación de seductor a la que nos tiene acostumbrados desde que perdiera el bigote a saber en qué guerra, que hay razones para estar extraordinariamente preocupados por la situación política en España. Y en esta ocasión, aunque por diferentes razones, lleva razón.
Las claves de la semana: Rajoy no es Aznar pero Sánchez parece Gila
Ante la pregunta de si España debe quedar fuera o no de una acción multinacional coordinada sobre Siria y con liderazgo de los EE.UU., estén seguros de que Rajoy no dará su aval sin más. Ni un paso sin antes acordarlo con la oposición y, desde luego, sin una posición común de la UE y una resolución nítida del Consejo de Seguridad. Para cuando eso suceda, si es que sucede, ya habrá pasado el 20-D. Pero si no fuera así, el presidente renegará de que España tenga un papel activo en un nuevo conflicto armado.