Poco antes de la medianoche, mientras los estruendos del hielo cayendo del glaciar de Qaleraliq ponían la banda sonora, un impresionante ir y venir de auroras boreales se 'colaron' entre las nubes que cubrían el cielo de Groenlandia. Así fue el estreno de la Expedición Shelios.
Vamos a un territorio salvaje. Dicen los astrónomos que sólo en el Polo Norte y el Polo Sur podemos ver ese choque brutal entre nuestra atmósfera terrestre y partículas que nos vienen con el viento solar desde nuestra estrella, a 149 millones de kilómetros de distancia.